viernes, 31 de mayo de 2013

¿FIDELIDAD?

El otro día ojeé una entrevista a Nuria Espert, en la que afirmaba que tal vez había leido demasiados libros, refiriéndose al ideal romántico que crea expectativas de las que duda sean plenamente realistas. La verdad es que me dio que pensar, creo que no le falta razón a esta mujer sabia por años y cultura. ¿Pretty Woman ha sido el cáncer de toda una generación que ha flotado en utopías y quimeras irrealizables, esperando un sabe diós qué en materia de relaciones? ¿Debería Dirty Dancing ser una película vetada para las generaciones venideras?. ¿Es Brave Heart responsable de más divorcios y separaciones que los propios pelos en el lavabo, la pasta de dientes abierta o los ronquidos nocturnos? Tal vez sean pequeñas exageraciones, pero no creo ir muy desencaminado. El motivo de esta entrada no es otro que la lectura de un artículo en El Pais Digital que trataba de las "relaciones abiertas", léase personas con pareja que no se cierran a mantener relaciones con terceras personas y lo admiten sin pudor alguno. En concreto el título del mismo era "¿Es posible mantener una relación abierta con tu pareja?" Resultó interesante obtener una perspectiva distinta al respecto, no sólo por el artículo en si, que recoge opiniones de sujetos que viven sus relaciones "their way" y de expertos en Psicología y Sexología, sino también por las de los internautas, por variopintas, en muchos casos, sesudas, en otras radicales. Qué manía tenemos los seres humanos de intentar imponer nuestras idea, y menospreciar las de los demás simplemente por ser diferentes. Mi teoría es que cuanto más inseguro y poco cultivado, más talibán en sus planteamientos. ¿Será miedo a que de repente todo su castillo de naipes mental se venga abajo de un plumazo? El caso es que en el artículo se exponía que la mayoría de este tipo de alternativas catalogadas como liberales fracasan tarde o temprano. Bueno, como la pareja tradicional pensé yo entonces, sólo hay que echar un ojo a las estadísticas de divorcio por si todavía a estas alturas cabe alguna duda. Pienso que, en general, atravesamos una época en la que NADA FUNCIONA, o en todo caso, funciona la que funciona. Yo me entiendo. Hemos atravesado el shock que supuso pasar del estigma social de la separación o el divorcio cuando eran casos excepcionales y raros, al extremo del pan nuestro de cada día, a la norma en la que acaban derivando la mayoría de las parejas de hoy. Para mi, es un problema de expectativas. Nos han educado en una creencia romántica-judeo-cristiana-obsoleta de que el amor es para toda la vida, las parejas las rompe Dios con su omnipotencia y en una idea de familia tradicional que simplemente ha quedado plenamente desfasada. Afrontamos un divorcio o separación desde el prisma del fracaso, no como un proceso natural propio de la vida misma, en la que generalmente todo empieza, tiene un cenit y finalmente se diluye, o finiquita. En vez de tomar las de Villadiego simplemente con un apretón de manos y un gracias por todo, nos empeñamos en amargarnos la vida en litigios, trifulcas, venganzas y demás lindezas en vez de aceptar la vida tal como es y asumir que simplemente te toca volver a empezar. Porque vivimos casi cien años y en los tiempos que corren una pareja para toda la vida es practicamente una entelequia, por no decir un soberano coñazo en muchos casos. Entonces, qué fórmula funciona? Supongo que habrá tantas como cónyuges en este mundo, cada libreto es único e intransferible. Yo pensaba hasta haber leido este artículo y alguno más relacionado que empollé aguijoneado por mi deseo de indagar en el tema que tal vez la solución a muchos de los problemas que acechan a las parejas hoy en día sea la SINCERIDAD. Es decir, estaba bastante decantado a probar la fórmula de relaciones liberales como alternativa para conseguir una pareja duradera y con calidad. Los listillos en la materia teorizan y afirman que el amor romántico, loco y acrítico puede durar un año a lo sumo, pasando a una fase digamos de apego, en la que se tiran abajo los ideales que hemos proyectado en el otro y se sigue adelante si eres capaz de aceptar la realidad tal como es. Y despues, ¿qué? Quizá mirar a los ojos a tu pareja y decirle la verdad, como expresó el talento de Sabina, que el universo es más ancho que tus caderas.......pero ella prefería escuchar mentiras piadosas... No será mejor ser plenamente sincero, y ella contigo, y llegar a la conclusión de que una cana al aire puede ocurrir (o no), que el deseo funciona por libre y que no por eso voy a dejar de quererte ni a desearte?. No me queda claro del todo. ¿Sería capaz de manejar una situación así, el torbellino de emociones que pueden asolar tu cabeza? Es decir, estar plenamente enamorado de una mujer, y saber positivamente que su cuerpo puede ser gozado por otro? Luego, qué clase de leyes regularían este tipo de relación? Suena a artificioso, casi burdo. Se me ocurre unas cuantas, véase: 1º Follarás siempre con condón. 2º Nada de sexo anal. 3º Te enrollarás como máximo tres veces para evitar implicarte y complicaciones. 4º Si te gusta mucho, mucho, no le cogerás ni el teléfono. 5º Si folla mejor que yo, no me lo cuentes. 6º Nada de conocidos ni amigos mutuos. 7º Nada de relaciones en fin de semana, que es sagrado para la familia. ...............La verdad, me parece un artificio. Y parece ser que en este tipo de relaciones se marcan muchas líneas que no se han de pisar. Poner puertas al monte, vamos. ¿Cuál es la solución, entonces? La mayoría de parejas que conozco se pone los cuernos, o se los ha puesto. ¿Es una relación insincera lo que se pide en esta sociedad? Sí es cierto que la mayoría de las relaciones que conozco que se pueden calificar como satisfactorias no siguen este tipo de patrones (aunque en su momento hayan sido su religión) El paso de los años y la llegada de descendencia normalmente atenúa el instinto, además el miedo a perder lo que tienes, quedarte de patitas en la calle y más pobre que una rata tras pagar la manutención terminan de poner el candado al cinturón de castidad. Creo que una relación abierta puede ser la solución si se maneja la situación con extremada cautela y no se hace daño. No obstante, complica soberanamente la situación, pues implica a terceras personas que también sienten y pueden abrir un frente adicional al ya de por sí delicado equilibrio conyugal. En fin, encaje de bolillos. También se da el caso de personas que buscan fuera algo más que puro sexo puntual, porque lo de dentro no va. En ese caso, un acuerdo para experimentar a tu aire sólo va a alargar una situación insostenible. Conozco algunos casos. Al final, la única verdad es que no hay una verdad, que las relaciones funcionan como les da la REAL GANA, y que las normas de lo que está bien o mal las pusieron otros hace ya mucho. Recomiendo ver una peli, la última de Kubrik, que me hizo pensar mucho en la verdad de nuestra psique respecto a este asunto. Eyes Wide Shut.

2 comentarios:

  1. Brillante exposición!! te has superado. Muchos besos loco!

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  2. Cada día se me va más la pinza!! jaoajoajoajao....Un beso, Castro!!!

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