martes, 19 de marzo de 2013

CUANDO LOS HECHOS CONTRADICEN LAS PALABRAS. Supongo que se cierra una puerta e,inmediatamente, se abre una ventana. Quién sabe. Tal vez para que entre la misma persona que antes se disipó entre dudas. O sólo para que penetre un viento que refresque un ambiente más bien cargado después de una borrachera de placer y sensualidad. Ya con eso, me conformo. ¿Qué es realidad y qué ficción? ¿Existe la verdad objetiva, contrastable, empírica cuando son sentimientos con lo que estamos lidiando? Rotundamente, NO. Los hechos nos pueden dar pistas, que debidamente hilvanadas, permitan sacar conclusiones, explicaciones, tal vez consuelos.......por supuesto, subjetivos, personales, intransferibles. Volvemos al punto de partida, como en una noria. Cada persona con la que hables, sacará su versión que, a su vez, estará mediatizada por cómo hayas dispuesto las cartas sobre el tapete. El cerebro humano tiene sus mecanismos defensivos, cincelados durante millones de años de evolución, y quién soy yo para contradecir a la sabia naturaleza que nos ha mantenido vivos. Te dirá que no era para ti, que si ha ocurrido, es por algo, que siempre hay un motivo para todo, y que ella se lo pierde y tú vales mucho. El cerebro múltiple del que gozamos como seres flexibles y supuestamente libres me susurra lo contrario. Esa otra parte me dice que no estaba a la altura. Sin más. ¿Cuál es la verdad?. Simplemente, no existe. Alguien dijo si quieres ser feliz, no analices. Alguna vez tenía que ocurrir. Desde que estoy solo siempre he sido yo el que ha apartado de mi vida a las personas que intentaron hurgar dentro . Y el momento ha llegado, como en el fondo sabía que lo haría. Donde las dan, las toman, diría el destino. La sincronía ha sido imposible. Buscar un porqué, inevitable.....al igual que fútil. Soy consciente de que sólo soy un grano de arena en un desierto, una brizna de hierba insignificante que no deja de sentir algo que sienten millones de seres cada día. Es la vida, ni más ni menos. Los estragos son más naturales si cabe que las alegrías. Supongo que con las gripes lo mejor es dejar que el tiempo haga su trabajo y convierta la heridilla en una muesca simpática que recordar en un futuro. Siempre trato de aprender de todas las vicisitudes que van ocurriendo por el camino. La verdad, en este caso, soy incapaz de hacerlo. Quién sabe si mañana. A veces pienso que entrar con dinero en el bolsillo a un concesionario sin las ideas claras es peligroso. Salir con el coche que te gusta pero que no necesitas es fácil...lo mismo que acabar devolviéndolo... Las palabras se las lleva el viento. Un pequeño detalle habla más que mil te quieros. Pero eso ya lo había vivido. Qué sabia eres, R. As time goes by.... Con una sonrisilla.... ; ))

No hay comentarios:

Publicar un comentario