lunes, 16 de noviembre de 2009

McCain

John McCAIN
El otro día andaba zapeando por la televisión que nos ha tocado sufrir, cuando me detuve en uno de esos canales que sobreviven a la basura que es el pan nuestro de cada día. El Canal Historia estaba emitiendo una biografía del candidato republicano a la presidencia del Gobierno de EEUU en el 2008, John McCain. Siempre me han fascinado lo que yo llamo los perdedores peleones. Personajes que hacen de su vida algo extraordinario, en cualquier faceta, o por cualquier motivo. A veces son personajes atroces, a veces, maravillosos.
Por lo que puedo deducir de McCain, éste pertenece a los imprescindibles, con un par.
Desde luego, políticamente defiende ideales que no comparto, pero él es el claro ejemplo de que también hubo justos en Sodoma.
El tipo era hijo de un pez gordo de la Marina (almirante) que viajaba por todo el Mundo (de hecho, John nació en Panamá y estudió en más de veinte escuelas antes de entrar en el Ejército). Era un fenómeno en los deportes, no así en los estudios, en los que destacaba por la cola pese a estar dotado de una inteligencia despierta. Ingresó más por tradición familiar que por vocación en la Academia Naval de Annapolis, donde era un tipo popular, simpático, y poco dado a la disciplina castrense, y en la que se graduó con el número cuatro empezando por el final. Contaba la anécdota de que el último de promoción tenía derecho a saludar al Presidente, y que se arrepintió toda su vida de no haber vagueado un poco más para tener el derecho de darle la mano al mítico JFK.
Tenía fama de defender siempre al más débil, y de un carácter fuerte que le acompaña hasta ahora. Se convirtió en piloto de combate, y estando embarcado en el portaaviones USS FORRESTAL explotó un misil en cubierta mientras él permanecía en el interior de su avión. Murieron ciento treinta y cuatro marinos, no pudiendo hacer nada por ayudar a sus compañeros, y resultando herido en el pecho y ambas piernas. Esto fue sólo un aperitivo de lo que le aguardaba el destino como servidor en el Ejército.
Con treinta y un años, y mientras realizaba su misión número veintitrés sobre Vietnam en un A4 Skyhawk, fue derribado por un cohete antiaéreo sobre Hanoi, cayendo sobre un lago. El impacto le provocó rotura de las dos piernas y un brazo, y tras ser capturado, fue sometido a todo tipo de vejaciones y torturas, máxime cuando los norvietnamitas tenían conocimiento de la identidad de su padre. Trataron de usar a John como arma propagandística, ofreciéndole la liberación a cambio de firmar un documento en el que se declaraba culpable de crímenes de guerra. McCain les mandó a hacer puñetas, hasta que el sufrimiento fue tan brutal, que finalmente claudicó. Tras cinco años de aislamiento y palizas en una celda de dos por dos, fue devuelto a su país, donde fue condecorado con la Cruz de Plata, la Legión de Mérito, la Cruz de Aviación por Servicio Distinguido, la Estrella de Bronce, y el Corazón Púrpura. ¡¡Casi nada!!
De su carrera como político poco voy a añadir, salvo que jamás ha comulgado con ruedas de molino, y que sus principios siempre han ido por delante de los criterios de su Partido. Pese a haber pasado las de Caín, fue de los pocos republicanos que abogaron por suavizar las relaciones diplomáticas con VIETNAM.
Tras su inevitable debacle en las Elecciones contra Obama, no sacó los pies del tiesto, y dio una vez más muestras de amor a su país, felicitando públicamente a su rival y ofreciendo a su presidente todo su apoyo para salir del atolladero en que estaban/están sumidos.
Desde luego, una historia que no todo el mundo puede contar, y que me hace literalmente quitarme el sombrero ante este anciano de pelo blanco y ojos francos, al que, si no conociera su historia, podría cometer el pecado de comparar con algún sinvergüenza de traje a medida y pelo engominado que jalona la España que nos ha tocado aguantar. ¿O alguien se imagina a los PETA-ZETAS y RAJOYS mandando a tomar por culo a un vietnamita mientras te parte el brazo por tres sitios?. En fin…¡¡que me parto el ojete!!

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